BAJO EL BOMBARDEO
La famosa cantante
folklórica y pacifista Joan Báez dio una charla en la Iglesia Memorial de Stanford
de Palo Alto (California, Estados Unidos) el 12 de enero de 1973, hablando de
su estadía de dos semanas en Hanoi. Viajó en compañía del Brigadier General
retirado Telford Taylor, el Rev. Michael Allen y Barry Romo de VVAW con el
propósito de entregar más de 600 cartas dirigidas a prisioneros de guerra
estadounidenses. La comitiva llegó a Vietnam del Norte el 17 de diciembre. El
viaje, que fue auspiciado por el Comité de Enlace, fue interrumpido el segundo
día a raíz del bombardeo más intenso que se había registrado en toda la guerra.
Aquí transcribimos
parte de la charla dada en Stanford; la cinta magnetofónica original y el
registro de las preguntas y respuestas que siguieron luego pueden pedirse
al Institute.
BAJO EL BOMBARDEO
Hanoi, diciembre
de 1972
Esta última Navidad me
hicieron un regalo. Fue el regalo más bello que recibí alguna vez en mi vida,
con la excepción de mi hijo. El regalo consistió en la posibilidad de compartir
con el pueblo vietnamita una pequeña parte de las agonías que les venimos
proporcionando durante los últimos ocho años.
Durante los once días de
bombardeo navideño pude gozar del efecto del 60% de nuestros impuestos, que se
canalizan hacia un eufemismo conocido con el nombre de “Defense
Departmen” (Ministerio de Defensa). Pude obtener una nueva perspectiva sobre el
significado de aquel nombre.
Durante los once días que
experimenté la vida en Hanoi, las cosas que sentí y vi, pensé y olí me
resultaron atroces, aterrorizantes y me partían el alma; me resultaron
imposibles de asimilar entonces, y aún hoy sigo sin poder asimilarlas la mayor
parte del día y la mayor parte de mis horas de sueño.
Este regalo me ha hecho
testigo de esta guerra, y desde ese lugar quiero contarles algunas de las cosas
que vi y sentí.
Cuando llegamos a Hanoi se nos
llevó a cada uno por separado, a fin de que pudiéramos obtener la mayor
información posible. Mantuve una conversación muy interesante con un hombre
llamado Quat, el líder del grupo. Le dije que yo era pacifista y que de ninguna
manera había viajado a su país a decirle lo que tenía que hacer; por el
contrario, había viajado para averiguar, desde su punto de vista, lo que nosotros,
los estadounidenses, debíamos hacer mejor. Quat se mostró muy respetuoso
durante toda mi estadía en Hanoi en relación a mis opiniones e ideas; nunca me
llevó a mí, ni al grupo, a ver un bombardero B-52 derribado para no correr el
riesgo de herir nuestro orgullo.
La segunda noche en Hanoi
estábamos en una habitación del hotel, mirando una película sobre gases
tóxicos, de los que el Defense Department estadounidense afirma que no son
tóxicos. Veíamos cómo unos monos echaban espuma por la boca y morían al cabo de
doce segundos, y cómo pasaba lo mismo con gatos, cuando de repente escuchamos
un ruido. Fue un sonido que me transportó de vuelta al cuarto grado de la
escuela primaria, un sonido que ordenaba: “Métete debajo del escrito”. Sin embargo,
esta vez no
había escritorio, y no estaba
en cuarto grado: era real. (NdT: Se refiere a la sirena que avisa del bombardeo aéreo. Cuando ella
asistía a la escuela primaria aprendió, junto con sus compañeras y compañeros,
a saltar y esconderse debajo del escritorio de la sala al sonar la alarma.)
Según su costumbre, los
vietnamitas nos dijeron: “Ay, disculpen, es un ataque”.
Dije: “¿Disculpar A QUIEN por el ataque?”
©1973 Joan Baez
Under the bombs - Bajo el bombardeo (fragmento)
Publicado por el Institute for the Study of
Non-Violence - Instituto
para el
Estudio de la No-Violencia
California,
Estados Unidos, 1973